La verdadera crisis que tendemos a olvidar

Durante el último tiempo venimos siendo bombardeados por muchísimas informaciones relativas a la pandemia y sus consecuencias en todos los ámbitos. El virus y la crisis económica, con justificadas razones, constituyen la mayor preocupación en todo el mundo. Es tan agudo el estado de alarma al que hemos llegado como planeta, que muchos de los grandes problemas de la humanidad parecen no tener importancia o haber pasado a un segundo o tercer plano.

El Cambio Climático (Crisis Climática) derivado del Calentamiento Global, no para. Sin embargo, mucha gente cree que el problema está resuelto o, que a partir del confinamiento y colapso de las actividades en todo el mundo, el problema se estaría revirtiendo. Desgraciadamente lo que está sucediendo es todo lo contrario. Las ultimas mediciones en pleno encierro social y cierre de la economía, muestran que el problema se agrava cada vez más. Cabe destacar, que producto del confinamiento y cierre de las economías, se han observado consecuencias muy positivas para el medio ambiente. Incluso, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) han disminuido a nivel global.

Los indicadores relevantes para medir y monitorear el avance de esta crisis son: la concentración de CO2 en la atmósfera y el promedio de la temperatura de la superficie terrestre. Ambos indicadores, vienen experimentando alzas permanentes y cada vez, superando sus propios récords. La NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration), una agencia científico-climática, informó que la concentración de CO2 en la atmosfera alcanzó un récord en mayo 2020, superando las 417 ppm. Mediciones posteriores confirman la tendencia de un incremento permanente y sistemático de este parámetro. Los niveles de CO2, observados en la atmosfera de hoy, no se veían desde hace al menos 3 millones de años atrás, en un escenario donde las temperaturas promedio superaban en aproximadamente 2°C a lo que hoy tenemos. Por su parte, la temperatura promedio de la tierra ha alcanzado nuevas marcas, empinándose por encima de 1°C por encima del promedio móvil observado entre 1951 y 1980. En el Ártico este efecto se aprecia en forma dramática por cada vez más habituales eventos de calores extremos sumados a incendios forestales más grandes, voraces y frecuentes.

Sabemos, que existe una estrecha correlación entre el aumento de CO2 en la atmosfera y el aumento de la temperatura de la tierra.

Por otra parte, las perspectivas no son buenas. Los últimos estudios y pronósticos indican que el problema se seguirá acelerando y agudizando progresivamente. Entonces, la pregunta del millón, ¿qué debemos hacer?.

Frente a esta realidad cada vez más urgente y apremiante, debemos unirnos y alinearnos como humanidad, en torno a un gran objetivo común. Bajar, Neutralizar y Contrarrestar nuestras emisiones de gases GEI, tanto como sea posible.

En una próxima columna expondremos y analizaremos una serie de acciones y tareas concretas, que como humanidad deberemos emprender para enfrentar este desafío gigante e ineludible.

Fuentes:

La vanguardia - Indu ambiente - El Independiente - El desconcierto - NOAA- CO2 levels - Climate NASA - https://news.un.org - Our world in data - Data worldbank - CO2 earth

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